El poder de Morena crece territorialmente; aunque no pudo impactar en Nuevo León, en algunos municipios de la Ciudad de México ni en varios ayuntamientos importantes del Estado de México. No obstante, lo que más le duele al presidente, aunque él no lo reconozca, es que pierde el control absoluto en el Congreso Federal. Es cierto que ganó la mayoría de las gubernaturas en disputa, pero para consolidar su “proyecto de nación”, era necesario contar con mayoría absoluta en el Congreso Federal.
Hasta el momento, la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM) obtiene 279 curules, mientras la alianza, Va por México (PAN-PRI-PRD), se queda con 197 escaños, ninguno de estos bloques obtiene mayoría absoluta: 251. Mucho menos la Mayoría calificada: 334, desde luego que estos datos son sacados de un conteo rápido, habría que esperar hasta el miércoles para conocer los datos oficiales, sin embargo, la variante será muy pequeña.
Con estos resultados habrá un equilibrio de poderes, donde obligaría a los dos bloques a privilegiar el diálogo y la negociación. Lo cierto es que Morena no logra renovar su mayoría absoluta de más de 250 diputados y necesitará de otras fuerzas para asegurar la aprobación de las reformas e iniciativas del presidente de México.
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