El PRI, en 1988, se resintió con la salida de Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, dando origen a la formación del Partido por la Revolución Democrática (PRD). La entereza y fuerza moral de Ifigenia Martínez era su carta de presentación. Sin embargo, la actual senadora se ha quedado callada ante los yerros de Andrés Manuel López Obrador. Se sabe que, en estos últimos días, la experimentada senadora ha guardado distancia de Porfirio Muñoz Ledo. Sobre todo, desde que éste presentó un decálogo en contra de una mayor centralización del poder y que cuestiona duramente algunas acciones del presidente.
En este mismo documento, Muñoz Ledo denuncia el comportamiento abyecto de Morena en el Congreso Federal y cuestiona la figura de los súperdelegados, que no es otra cosa que operadores electorales. El experredista y exsecretario de Educación también crítica la extensión del mandato del ministro Arturo Zaldívar al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Por tal razón, Ifigenia Martínez marca su raya con Muñoz Ledo y, como prueba de ello, escribió: «Quiero precisar, en principio, que reconozco a la Cuarta Transformación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como la consumación del movimiento que iniciamos en 1988: un gobierno democrático y justo, con objetivos nacionalistas y una ideología de izquierda». Qué lástima que una mujer que durante la mayor parte de su vida ha sido congruente, cierre los ojos por un sueldo en el Senado de la República.
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