Morena, ganar las elecciones al “haiga sido como haiga sido”. Represión, acoso judicial, violencia, amenazas

Elecciones
Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Las elecciones del 2006 fueron, después de las de 1988, de las elecciones más cuestionadas. EL instituto Federal Electoral le dio el triunfo a Felipe Calderón por una fracción de punto. Las manifestaciones por parte de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador en contra de ese triunfo no se hicieron esperar. Para echarle más sal a la herida, al ser cuestionado Felipe Calderón sobre la legalidad de su victoria electoral, debido a las miles de protestas que había, así como las acusaciones de fraude, éste respondió que él había ganado al “haiga sido como haiga sido”. El trauma que esta frase dejó en la izquierda es una huella difícil de borrar. Ya con el poder, la izquierda aglutinada en el partido Morena, hace catarsis. Esta vez ellos, rencorosos, víctimas de un fraude, están dispuestos a ganar las elecciones de la misma manera que ganara Felipe Calderón, al “haiga sido como haiga sido”. El mismo presidente de la República está decidido a meter las manos en la contienda electoral, aunque la ley se lo prohíba. Como le interesa la gubernatura de Nuevo León, ya le echó la FGR a los candidatos que le van ganando a Clara Luz, la candidata de Morena. En los diferentes estados de la República, digamos Veracruz, la represión, el acoso judicial, la violencia y amenazas están a la orden del día. El gobierno opera de esa manera para quedarse con el triunfo al “haiga sido como haiga sido”. Pobrecito López Obrador, tanto odiaba a los mapaches electorales que Dios lo castigó volviéndolo igual que ellos.

Y en sus redes sociales Cuitláhuac García recuerda los tiempos de la vida loca, cuando montaba toros mecánicos

Los que conocieron en su juventud a Cuitláhuac García lo recuerdan menos serio, más locuaz, un tanto disparatado, pero no tan estulto. Se divertía Cuitláhuac García en esos años en que ni por asomo se le ocurría que podría ser gobernador de Veracruz. No tuvo formación política, porque lo suyo era la ingeniería, por eso le deba tiempo para la diversión. Si acaso andaba en la grilla de izquierda, la grilla perredista, pero también en la fiesta y el baile. Buen bailador de salsa, tal vez ahí estaba su verdadera vocación. Como gobernador ha dejado bastantes sinsabores; hace rato que perdió el pudor y la estulticia es una prenda que ya no le incomoda vestir. Será por eso, porque perdió el pudor, que el gobernador del estado de Veracruz no tiene empacho en compartir algunos momentos de su vida, de su vida loca en los bailes y en las ferias. El 10 de mayo, Día de las Madres, quizá para arrancar una sonrisa de las festejadas, el gobernador subió a sus redes sociales un video en el que se le ve montando un toro mecánico. ¡Qué divertida se daba Cuitláhuac García, en esos días en que podía divertirse y hacer el ridículo en público sin que nada le importara! Algunos dirán que sigue haciendo el ridículo en público, y que sigue sin importarle. ¿Cómo para qué subir ese video? ¿Para hacernos creer que es humano? ¿O para dejar en claro que es subhumano?

El cinismo de un delincuente electoral. “Está metiendo la mano en las elecciones”. “Claro que sí, claro que sí”, dice López Obrador

Al presidente de México le valen las recomendaciones que previamente le hiciera el Instituto Nacional Electoral. Sabe que tiene una mayoría en el Congreso y un respaldo popular que le permiten cometer cualquier infracción y salir impune. López Obrador está tan empoderado que no se mide para desafiar las reglas de la contienda electoral, la ley del INE. Pero es que también está muy desesperado, pues un estado como Nuevo León bien merece mostrarse cínico. En la mañanera del martes una reportera le preguntó al presidente López Obrador: “Presidente, partidos señalan que usted está metiendo la mano en las elecciones”. De acuerdo con la ley electoral, el presidente debe abstenerse no sólo de hablar de sus logros, sino además debe evitar cualquier mención sobre la contienda, partidos políticos o actores que estén participando en la contienda. Pero el presidente no ha hecho caso; pero no es que haya cometido el delito electoral por un descuido. El presidente de México afirma con todo el cinismo del mundo que deliberadamente ha metido las manos en la elección. Su respuesta sobre si está o no metiendo las manos en el proceso electoral no tiene excusa: “Claro que sí, claro que sí, si aquí lo di a conocer, si es de dominio público, lo estoy diciendo, no podemos ser cómplices del fraude”. Veamos qué hace el INE, veamos qué sanción aplica, veamos si después de esa sanción se calla. Aunque hay que advertir que el presidente ya dijo que de ninguna manera se va a quedar callado. Vaya con este delincuente electoral.

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