Romper algo tan esencial como la sana distancia en estos tiempos de pandemia es algo peligroso y sólo debe hacerse en un caso de una gran urgencia. Pero para el presidente López Obrador hay tres razones para romperla, y una de esas es la mamá del Chapo; las otras dos, se dieron cuando el mandatario federal viajaba por una carretera en el estado de Oaxaca. Y es que, AMLO como es su costumbre, paró el tráfico y en vez de pedirle a la gente que se fueran a sus carros se bajó y los atendió.
Personas tras persona se le acercaban al presidente y como también es costumbre López Obrador no estaba usando cubrebocas. Pero lo más resaltante en el caso, es que AMLO permitió que una señora de la tercera edad se le acercara de más, sólo porque le regaló una totola y un mezcal. No obstante, cuando vio que más y más gentes se le acercaban, López Obrador fue tajante y negándose a su petición les dijo no más foto, es que “me lo tienen prohibido, pero ya va haber tiempo”.
El país atraviesa un momento difícil, donde se registran hasta el día de hoy un millón 250 mil 44 casos confirmados de coronavirus. Por supuesto, aquí cabe mencionar que el presidente es criticado si no se baja a saludar a las personas, pero si se baja también será criticado por no guardar la sana distancia. A veces, como dijera Ramos Alor, ningún chile nos embona.
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