En el 2014 Max Trejo era Max representante honorario de Veracruz para Europa e Iberoamérica. Ese puesto se lo otorgó Javier Duarte a quien en ese momento se presentaba como el secretario general de la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ). ¿Para qué sirve eso? Prácticamente para nada, la OIJ es un invento de jóvenes arribistas que sirve para que éstos se presenten como representantes de los millones de jóvenes de al menos 21 países; y funciona, porque algunos gobernadores y mandatarios en realidad se creen esos cuentos de representatividad.
Pero, ¿por qué lo hizo Javier Duarte representante honorario de Veracruz para Europa e Iberoamérica? En los corrillos de Palacio se hizo común la broma de que el muchacho era el nuevo “chichifo” del entonces gobernador. Max Trejo es un arribista sin convicciones, bien puede hacer tratos con el gobierno de Felipe Calderón que con el de Enrique Peña Nieto. Bien puede ser representante de uno de los gobernadores más corruptos en la historia de México, que sumarse al gobierno de la Cuarta Transformación.
Max Trejo, un agarrapendejos profesional, le vendió la idea a López Obrador de que una alianza entre el Gobierno Federal con la empresa Nestlé en Veracruz beneficiaría a 30 mil jóvenes. Por supuesto, al menos en Veracruz falta ver lo que dicen los cafetaleros de la zona de Coatepec, pero de entrada, el amigo de Karime Macías, supuesto “chichifo” de Javier Duarte y ahora joven ejemplo de López Obrador, ya se montó en la Cuarta Transformación.
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