Un consejo para San Bruno (Segunda parte de 4)

Bruno
Consejos para la exfrábrica de San Bruno, entrevista a Antonio Contreras FOTO: JORGE FLORES MARTÏNEZ
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Como lo comenté en la primera parte de esta serie, a pesar que esperaba que el grupo de vecinos de San Bruno se dividiera, esto no fue motivo para desistir de participar en los esfuerzos para proteger la fábrica, reconozco que solo participé con uno de los grupos, pero me justifico con la razón que fueron los únicos que me invitaban constantemente a las reuniones con las autoridades.

Esto fue hasta que recibí un llamado, hace unos días, de Antonio Contreras, en la que me invitaba a escuchar su postura. Le dije que no solo sería escucharlo, se trataría de una especie de entrevista enmarcada en una charla informal; acordamos fecha, hora y el lugar no se discutió, sería en las mismas instalaciones de la fábrica.

Llegué poco antes de la hora acordada y fue cuestión de unos minutos para que Antonio se presentara. El recibimiento fue amistoso, bajó de su vehículo una maqueta del proyecto que tienen para la fábrica, realizado por alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UV con vecinos del mismo barrio y lo analizamos en su funcionalidad y alcances. No se lo comenté en ese momento, pero fue un punto que me dio una tranquilidad para la charla, esa maqueta era por su programa arquitectónico, un punto de coincidencia muy importante, después de todo, los dos grupos divididos de vecinos coinciden plenamente en su visión e intención, solo los separan las formas, pero nunca el fondo.

Buscamos un lugar tranquilo y sobre todo donde sentarnos, ya que esta charla prometía ser larga e interesante.

Debo recuperar que Antonio Contreras Rodríguez y su papá forman parte de los miembros originales que convocaron a los vecinos para lo que ellos llaman el rescate de la Fábrica de San Bruno, en abril de 2014, justo en la fecha que relaté en la primera parte de esta serie. Antonio es nieto de un obrero de esta fábrica, licenciado en derecho y por supuesto, vecino del barrio.

—Antonio, ¿cómo ves el espacio de la Fábrica de San Bruno en 10 o 20 años?

—La historia se repite, los obreros luchaban por sus ideales y en algunas ocasiones ganaban y en otras perdían. Ahora es lo mismo, al principio estábamos todos unidos en el barrio y nos dividimos por intereses políticos, económicos o simples antipatías.

Reconozco que si estuviéramos unidos sería otra cosa y no lo que tenemos ahora, un incipiente espacio cultural y deportivo.

A tres años era de esperarse algo más formal, no se ha avanzado. Yo, personalmente, estuve un año al frente de este esfuerzo, sin recursos y pues como ves, aquí juegan 600 niños y jóvenes cada semana, cuando antes posiblemente estaban algunos delinquiendo.

Respondiendo a tu pregunta, en 20 años, si hay vecinos y gobiernos comprometidos, éste será un espacio cultural y deportivo, tal y como lo soñamos.

—¿Cómo lo ves administrado?

—Hasta el día de hoy es y se siente del barrio, todo depende como se defienda la fábrica.

Si se llega a dar la donación por parte del SAE (Servicio de Administración y Enajenación de Bienes) al municipio, ganan ellos, este espacio será 100% institucional y será el barrio el que perderá. Entiendo que se tiene que gestionar institucionalmente, pero yo le pediría a Américo Zuñiga que sea la gente del barrio la que se encargue de la administración a través de un consejo, éste puede ser colegiado con ciudadanos reales e insaculados y el gobierno en sus tres niveles; ahí se verá que se puede hacer.

—¿Cómo se ha administrado hasta la fecha este espacio?

—Al principio fuimos mi papá y yo, compramos las primeras porterías y se abrió para la práctica del fútbol con los niños y jóvenes del barrio. Cuando yo estaba al frente, de esto se obtenían más de cuatro mil pesos mensuales, después con otros a cargo, se sacaban más de 20 mil pesos al mes.

Además del fútbol, te digo que aquí se hizo un museo y diversas actividades culturales. En el barrio no estamos acostumbrados a los lujos, puedes ver que nos acaban de regalar pasto sintético usado y la gente está feliz. No nos interesan las instalaciones de primer mundo, no tenemos prisa.

—Entiendo, pero me estás hablando de una especie de autogestión del espacio por parte de los vecinos. ¿Es así cómo entiendes que se debe administrar este espacio?

—Te aclaro, yo solo estuve al frente de la fábrica por un año, otras personas han estado dos años y en ese tiempo hubo hasta table dance y otro tipo de eventos.

Hubo un baile del Santo Patrono del barrio y funcionó excelente, la iglesia recaudó buen dinero.

—Antonio, permíteme insistir ¿Es así como entiendes este espacio, administrado por los vecinos?

—Cuando en el 2014 abrimos la fábrica, pensaba que era aceptable que el gobierno tomara esta propiedad, ahora con su actitud negativa nos parece inaceptable que sean estas autoridades municipales las que estén a cargo.

El municipio una vez que lo reciba en donación por parte del SAE puede darlo en comodato a los vecinos, al gobierno del estado o a la Universidad Veracruzana. Es más, la misma universidad puede gestionar mucho más fácil recursos federales y hasta internacionales, yo en ellos sí creo.

Américo Zuñiga nos puede incluir en un consejo de administración o lo puede dar en comodato a otra institución; pero si quiero dejar claro, no aceptamos que lo concesione a un particular, eso no está en discusión, no lo aceptamos ni lo aceptaremos nunca.

—En el momento que hablas de un consejo de administración, de alguna forma, estás considerando una administración institucional de este espacio.

—Esta es una zona marginada, falta un dentista, un antropólogo, un arquitecto social, maestros de inglés, etc., todas las carreras caben y la universidad puede ser un efecto de cambio en el barrio.

Para empezar Jorge, cuando vas a construir te preguntan que quieres ¿o no? Pues aquí Américo Zuñiga llegó con su proyectista ya con todo definido y decidido.

Después llegó otro a decirnos que se había concluido que esto sería un espacio para fútbol únicamente, todas las visiones que quería imponer Américo eran muy parciales y limitadas.

—Este espacio tiene que ser cultural, deportivo y social. Me permito rescatar la idea del consejo del barrio, ¿cómo lo conformarías?

—En el municipio van a decir que ni sabemos que queremos y que nada más nos peleamos; pero la postura que debemos tener en el barrio es decirle al municipio, ustedes ponen a quien quieran y nosotros aquí hacemos asambleas y sea así como se integre el consejo.

—Perfecto, pero yo en lo personal no creo en el voto y la elección a plaza abierta, me parece un acto profundamente antidemocrático, por lo que te pregunto ¿este consejo cómo se elegiría por parte del barrio?

Por perifoneo, en la noche se avisa de la convocatoria a los interesados y en una reunión se vota a los integrantes del consejo.

Existen dos o tres grupos aquí en la fábrica o en el barrio, tendrían que estar representados cada uno para poder designar un consejo y por supuesto, establecer políticas que eviten el mayoriteo.

—Vamos a suponer que ya esta integrado el consejo ¿qué quieren?

—Muchos le tienen un gran amor a esta fábrica, otros quieren un trabajo, otros solo los mueve el dinero y algunos tener sus letras en oro en una placa.

Importante, este consejo debe ser conformado por vecinos del barrio, por xalapeños y por el gobierno, para ahí determinar entre todos que queremos para esta fábrica.

—Creo que la primera lucha para proteger esta fábrica de que fuera un centro comercial o cayera en manos de Walmart o Chedraui se logró.

—Jorge, debo decirte que algunos vecinos lo quieren, porque necesitan el trabajo.

—Bueno, para concluir, ¿me estás diciendo que se necesita un consejo de vecinos para conformar un consejo de la fábrica?

—Sí, y los que se nieguen, ahí se verán sus verdaderos intereses.

Antonio, muchas gracias por tu tiempo.

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