La detención de la camioneta del gobernador electo por Las Trancas, en el municipio de Emiliano Zapata, no es cualquier cosa. Es un asunto muy delicado. En Veracruz puede pasar cualquier cosa, un descuido en los protocolos de seguridad de parte de la escolta del gobernador electo, y pudo suceder una desgracia.
Se sabe que la orden salió de un mando superior, donde se les pedía a los mandos medios que revisaran a los ocupantes, como si en el C4, no tuviera el registro de las placas del funcionario electo, además se sabe que la gente del gobernador electo ya sabía que los venían siguiendo.
De verdad que uno alcanza a comprender en qué cabeza cabe exponer tanto a los policías del estado y a los escoltas del gobernador electo y sus ocupantes. La situación ya ha rebasado su cauce, ojalá y la intervención del Gobierno Federal no tarde. Los veracruzanos no queremos violencia e incertidumbre, los veracruzanos le apostamos a la paz.
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