De tin marín…

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / Hoy tendría que estar escribiendo del segundo informe de Américo Zúñiga Martínez, el alcalde de Xalapa, quien ha dado un impulso extraordinario a la capital de Veracruz y con seguridad habrá de hacer aún muchas y mejores cosas por esta, su ciudad natal, en los dos próximos años.

Sin embargo, me fue imposible sustraerme del… ¿exabrupto? en el que ha incurrido un periodista de larga experiencia, que suele estar muy bien informado. Lectura obligada (por las más diversas razones) de los que pretenden estar al día en lo que se refiere a la política de Veracruz.

Édgar Hernández -quien presume en cada uno de sus artículos, con justificado orgullo, que fue merecedor de un Premio Nacional de Periodismo- se la ha pasado deshojando la margarita en los meses recientes.

Que si es Pepe, que si es Héctor, que si impondrán a Silva, que si está entre Pepe o Héctor, que si van entre Héctor y Pepe, o Pepe y Héctor.

En realidad algo parecido han hecho muchos de los analistas políticos de la entidad, y algunos que observan todo desde el Valle de México. A distancia pareciera que los que escribimos sobre la sucesión en Veracruz padecemos de una especie de inestabilidad emocional y que, según el estado de ánimo que estemos viviendo, es al político que favorecemos.

No es así. En gran medida la inconsistencia de los análisis, el cambio constante y repentino de las opciones, tiene que ver más con los datos que “deslizan” los políticos que aspiran y que son ingrediente fundamental para la elaboración de las columnas políticas.

Lo que hace diferente a Édgar Hernández es la contundencia con la que se expresa, la abundancia de detalles y la descripción minuciosa de las circunstancias que llevaron, a los que detentan el poder, a tomar las decisiones que él anticipa, como primicias.

No hay que gastar mucho tiempo, ni hacer grandes esfuerzos para identificar las inconsistencias de este analista político en las semanas recientes.

El domingo 27 septiembre de 2015 anunció que ya había fecha para el tercer informe de Pepe Yunes como Senador de la República. “Será en Xalapa, en el estadio –es la primera de dos propuestas- y contará con la presencia de tres secretarios de estado, los senadores Héctor Yunes, Fernando Yunes y el controvertido diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares”, afirmó en esa ocasión.

Dijo, además, que dicho evento sería “en un escenario que marcará el parteaguas del deslinde con el pasado reciente y dé a conocer el proyecto del cambio”.

Y remató: “Será además el escenario del ‘destape oficial’… para infortunio de los que apuestan al desastre yunista, para los emisarios del pasado, dirían los clásicos, el tema Pepe Yunes ya no tiene vuelta de hoja”.

Dos semanas después, el 12 de octubre, cambió el matiz de sus predicciones. Para entonces su esfera de cristal le advertía: “Será Pepe o Héctor; Héctor o Pepe y no Héctor, Pepe y Alberto como se ha venido filtrando”.

Casi un mes después, el 10 de noviembre, volvía a su versión original: “La ‘Peñaseñal’ define, ¡es Pepe!”.

Al mes siguiente volvió a modificar su predicción. El 13 de diciembre anunció:

“El caso es que como parte del cronograma Duartista el primer priista decidió trasladarse en días pasados al Distrito Federal para entrevistarse con Miguel Ángel Osorio Chong y Aurelio Nuño, a quienes dio cuenta de la decisión sustentada en la confianza política entregada por el propio presidente Enrique Peña Nieto a Duarte en la visita a Xalapa, en un evento del Inecol. El poder priista federal no guardó ni rechazo, ni inconveniencia en definir los tiempos políticos para trabajar por la unidad y llevar a buen puerto a Silva, ‘el único capaz, por su arrojo y valentía, de enfrentar a Miguel Ángel Yunes y derrotarlo’, se dijo en el argumento ante los poderosos funcionarios. Con esta acción se confirma lo que de siempre se ha sabido, el respaldo que tiene Duarte de parte del presidente Peña quien le reconoce sus victorias electorales a lo largo del sexenio”.

No había pasado una semana cuando nos deleitó con otra versión. Ésta, según él, la definitiva:

“Héctor Yunes Landa será el ‘candidato de la unidad’ del PRI al gobierno del estado de Veracruz para el bienio 2016-2018, confirmó el Comité Ejecutivo Nacional de este partido que encabeza Manlio Fabio Beltrones. En los próximos días serán convocados el primer priista de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, el presidente del CEN priista, Manlio Fabio Beltrones y los dos senadores, Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes con quienes ya se consensuó, para oficializar la decisión que se hará pública el miércoles 13 de enero del 2016”.

Primero salió el dirigente estatal del PRI, Alberto Silva, a desmentir esta versión. Más tarde el propio Héctor Yunes se vio obligado a negar la “primicia” de Édgar Hernández.

No hacía falta. Los que lo conocemos bien, sabemos de su fino sentido del humor y seguramente se habrá pasado un feliz fin de semana, disfrutando con las múltiples reacciones que provocó su “borrego”.

Quizá para mediados de enero se alineen los astros y Héctor Yunes sea el nominado, y entonces Édgar Hernández nos lo restregará en la cara: “¡Ya ven, se los dije!”. Pero también podría suceder que el nominado fueras Beto Silva, o Pepe Yunes, y para cada uno de ellos tiene una columna en la que lo destapa.

La única forma segura de no perder en una apuesta, es apostándole a todos.

Y si no me creen… Tiempo al tiempo.

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