López Obrador, la víctima soy yo. Reprueba quema de la figura de Norma Piña, pero reprocha: «Cuando quemaron mi figura no salió en la prensa»
Cualquier manifestación de odio y violencia en contra de cualquier actor político es reprobable. Como señala el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar, «la violencia política nunca es el camino. Resolvamos nuestras diferencias mediante el diálogo, el debate político y los cauces jurídico constitucionales». Las manifestaciones de odio en contra de la ministra Norma Piña, a nadie le cabe duda, tienen su origen en la mañanera, en el resentimiento del presidente López Obrador por no tener a sus órdenes al Poder Judicial.
En el ambiente político mexicano, dar línea es dar instrucciones precisas de lo que se debe hacer o por quién o qué votar. Es una práctica que la mayoría de los políticos siguen cuando alguien de mayor jerarquía política se lo pide o “sugiere”. Resulta preocupante que el día de ayer, el presidente López Obrador, muy bien arropado por miles de acarreados, aunque éste lo niegue, literalmente dictó y mandó línea a su sucesor.
Dice el refrán, que más bien es una línea de un poema de Campoamor: «En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira». De acuerdo con reportes periodísticos el presidente López Obrador se reunió con legisladores de los Estados Unidos; 12 representantes demócratas y republicanos. Por supuesto, la reunión se da en el contexto de la lucha en contra de las drogas, particularmente el tráfico de fentanilo que sigue a debate en los Estados Unidos por el daño que causa a la sociedad de ese país.
A los acarreados todos los vieron en las avenidas aledañas al Paseo de la Reforma, en las inmediaciones del Centro Histórico. Cientos y cientos de autobuses de todos los estados de la República estacionados, bajando gente que llevaba en la mano una torta, un jugo y un plátano. Los mismos dirigentes de Morena reconocieron que ellos tenían una cuota de acarreados que debían cumplir, y que con el dinero de su sueldo tendrían que pagar los camiones. Pues a pesar de eso, el presidente López Obrador se atrevió a decir que en su marcha no hubo acarreados.
A Félix Salgado Macedonio no le negaron su registro como candidato a gobernador de Guerrero por las denuncias que tenía por el delito de violación. A Félix Salgado Macedonio le negaron la candidatura por la irregularidad en sus gastos de precampaña. Resulta que el señor, acostumbrado a la impunidad, grabó un video, siendo precandidato, que subió a sus redes sociales, pero los costos de ese video de promoción no los anotó en sus gastos de campaña. Salgado Macedonio negó haber hecho ese gasto, pero la evidencia estaba en el video que después negó haber realizado; por supuesto, algunos usuarios lo grabaron y lo presentaron como evidencia. Por esa razón no le dieron la candidatura al compadre de López Obrador. Pues el Plan “B” incluye una disminución a las sanciones por las irregularidades en los informes de gastos electorales.
El lunes 27 de febrero, un día después de la marcha en defensa del INE, el presidente López Obrador bromeó maliciosamente sobre la calidad moral de los asistentes: «Ayer afortunadamente hubo saldo blanco, algunas denuncias porque se incrementaron los robos de cartera aquí en el Zócalo, pero eso es intrascendente, o sea, imagínense con tanto delincuente de cuello blanco reunido, pero fue lo único». Por supuesto, el día 26 de febrero, día de la marcha #MiVotoNoSeToca, a pesar de que se llenó el Zócalo de la Ciudad de México, no hubo ningún reporte de robo.
En la introducción a su ensayo “La independencia del Poder Judicial de la Federación”, el entonces ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela, anotaba: «La independencia judicial es uno de los presupuestos esenciales para el funcionamiento del Poder Judicial. Se trata de una garantía instaurada para impedir injerencias de los otros Poderes en la resolución de litigios sometidos a su conocimiento». De no existir esa independencia el Ejecutivo, que es la entidad que más acumula autoridad, controlaría las decisiones de los otros poderes, el Legislativo y el Judicial. Por lo mismo, queda en los titulares de estos poderes, mantener intacta la integridad de esa autonomía. Sin embargo, en el estado de Veracruz esa autonomía es una mera definición, es una simulación, es una excusa para la prostitución.