Las incongruencias de Vicente Fox están teniendo consecuencias. Y es que ya lo dice el dicho, siembra vientos y cosecha tempestades. Los ciudadanos de Guanajuato no olvidan que el expresidente Fox en las dos últimas elecciones presidenciales se ha puesto en contra de los candidatos panistas. Primero se puso en contra de Josefina Vázquez Mota en 2012; en 2018 se puso del lado de Peña Nieto, dándole la espalda a Ricardo Anaya, candidato del PAN.
Es por ello que en la marcha AntiAmlo que se realizara en Guanajuato, bastión panista, ya lo estaban corriendo, pues la idea de la marcha no era politizar esa manifestación. Pero Vicente Fox es un hueso duro de roer, por lo que se montó en su macho y dijo que él no se iba, que no se iba y no se fue. De modo que los manifestantes tuvieron que seguir su marcha con todo y ese lastre que hoy significa Vicente Fox.
Pobre Fox, no lo quieren ni los chairos ni los fifís; algunos le piden que mejor cambie su nacionalidad, o que de plano se vaya a otro planeta. Lo que habría que reflexionar es que Fox llegó en el 2000 al poder, con índices de popularidad muy semejantes a los de AMLO; ¡curioso no!
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