«Libertad de expresión, alto a la represión», gritan en Casa Veracruz

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Juan David Castilla / Xalapa, Ver. «Libertad de expresión, alto a la represión», retumbó afuera de Casa Veracruz. Los pétalos de rosas blancas cayeron sobre las calles xalapeñas como los cuerpos del fotoperiodista Rubén Espinosa y de la activista Nadia Vera, asesinados el pasado 31 de julio en la ciudad de México.

A nueve días de que fueron encontrados con el tiro de gracia e indicios de tortura, junto a otras tres mujeres, periodistas, activistas, académicos, estudiantes y la sociedad civil marcharon para exigir justicia y el esclarecimiento del caso.

Lonas y pancartas alzaron en Plaza Sebastián Lerdo de Tejada, esa plaza donde Rubén colocó una placa que llevaba el nombre de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz asesinada, misma que fue hurtada en dos ocasiones, pues con estas acciones se había solicitado el cambio.

«Que la puerta tuerza el rabo, fuera Duarte del Estado», gritaban mientras recorrían el Viaducto del parque Benito Juárez, así como las calles Ignacio Zaragoza, Primo Verdad, Juan de la Luz Enríquez, Revolución, Poeta Jesús Díaz y la avenida 20 de Noviembre hasta llegar al hogar del gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa.

Los rostros de impotencia, rabia y repudio predominaron en la Marcha por la Paz a la que convocaron periodistas de la capital del estado y a la que se sumaron miembros de diversas organizaciones y partidos políticos, «sin banderas, ni colores».

«A Rubén lo mataron pero ahora está aquí acompañándonos, como siempre lo hacía y sus amigos aquí seguiremos. Antes de la selecciones federales dos hombres con armas siguieron sus pasos. El 8 de julio lo persiguieron todo el día, dos días después se fue al Distrito Federal en donde lo asesinaron», expresó su compañera Norma Trujillo, afuera de Casa Veracruz.

El rumor de que un convoy con granaderos arribaría al lugar se extendió entre la multitud de unas 300 personas, quienes se retiraron porque las puertas les fueron cerradas.

Regresaron a la plaza pública, donde ha permanecido un altar en honor al fotoperiodista desde el pasado domingo y donde encendieron veladoras, colocaron fotografías de él y flores blancas.

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