La realidad le da de bofetadas a Claudia Sheinbaum. Quiso ir a Apatzingán a hacer campaña, pero la violencia le canceló la gira
En Apatzingán, uno de los municipios más violentos de Michoacán, hace días que el crimen organizado impuso su ley. Balaceras, bloqueos y quemas de autos han sido el pan de todos los días. En este municipio controlado por Los Caballeros Templarios, no hay actividad pública o privada en la que no tenga que ver el crimen organizado. La distribución de alimentos, el transporte público, las empresas y negocios tienen que pagar piso. A este municipio quiso llegar Claudia Sheinbaum a pedir el voto.
Ella que se la ha pasado diciendo que la política “abrazos, no balazos”, del presidente López Obrador, ha tenido éxito y ha disminuido la violencia, se enfrenta a la realidad. Ante la violencia que impera en Apatzingán, Juan Carlos Celis Silva, dirigente estatal de Morena, informó que la candidata, en lugar de visitar ese municipio, se iría a Chilchota, un poblado de origen purépecha y enclavado en la región de la Cañada de los Once Pueblos.