La tercera epístola de Duarte a los presos en Pacho; la falta de nutrientes ya le afecta el cerebro
Como si fuera un nuevo apóstol de la justicia, como si en verdad fuera un mártir que se encuentra encarcelado por sus actos justos, como si sus excolaboradores en Pacho Viejo se lo pidieran, Javier Duarte, en una tercera carta porfía en solidarizarse con Arturo Bermúdez, Gina Domínguez, Francisco Valencia y Mauricio Audirac.
Poco le importó a Duarte que Audirac se deslindara de esa solidaridad que le muestra el exgobernador, pues considera que la carta de Audirac es una prueba más de que el exsecretario de Finanzas está bajo la influencia del tirano Yunes. Javier Duarte cumple ya seis días con la dieta Winnie Poo, es decir a pura miel, agua y limón.
El tono mesiánico que le da a su carta, «no pararé hasta que puedan enfrentar el proceso penal (…) en libertad», nos hace pensar que la falta de nutrientes en su cuerpo ya le están afectando el cerebro.
Duarte insiste en que el desastre que vive Veracruz es responsabilidad de Yunes Linares, por supuesto olvida las razones por las que huyó de Veracruz, las razones por las que está en la cárcel. Duarte está en pleno delirio, de modo que no nos extrañe que siga escribiendo cartas, quizá hasta completar un libro.
Se acuerda usted del término “viejerio” que utilizó el apóstol de los farsantes, Diego Fernández de Cevallos para referirse a las feministas que casi lo linchan. Pues haciendo alusión a éste, y con las reservas tomadas, en el PRI veracruzano las mujeres toman la delantera para alcanzar un escaño en el Senado. Por un lado, la delegada de Sedesol, la exreyna del Carnaval jarocho, Anilú Ingram mueve sus influencias y anda para arriba para abajo tratando de buscar la atención de quien da el palomazo en el centro del país.
A mediados del siglo XIX en Sicilia, Italia, surge la Cosa Nostra, así se le conocía a la organización de la mafia de origen siciliano en los Estados Unidos, donde cada barrio, ciudad o hasta estado era dirigido por una “familia”. El mandamás de esta familia era llamado el capo, quien era el que daba las ideas para robar. En Veracruz, el capo principal fue el Tío Fide, este personaje, al dejar “el pinche poder”, se lo hereda a Javier Duarte; éste a su vez comparte el poder con su familia, su esposa Karime, quien fue la verdadera mano que mecía la cuna; a su vez delega responsabilidades a su propia familia, incluyendo a Lucía Letayf Barroso, su prima.
Hace algunos meses atrás, la diputada local del Partido Acción Nacional (PAN), María Josefina Gamboa Torales, solicitó a la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) que le entregara un informe detallado sobre los gastos que dicho organismo ha realizado desde su toma de protesta a la fecha. En éste se pudo observar que se utilizaban 18 millones de pesos, de éstos 14 millones 500 mil pesos se iban en pagar abultados sueldos de todos los que integran dicha comisión, como también la renta del inmueble y sólo tres millones 500 mil pesos eran utilizados para apoyo a los periodistas en riesgo.
Ya se desligó Mauricio Audirac de la huelga de hambre que, en solidaridad con él y con otros tres excolaboradores, lleva a cabo Javier Duarte desde el Reclusorio Norte de la CDMX. Falta saber si Arturo Bermúdez, Gina Domínguez y Paco Valencia sí agradecen la solidaridad y el sacrificio de su exjefe.
El hecho de que Mauricio Audirac se desligue de la huelga de hambre que en su “honor” está llevando Javier Duarte, es muestra de que, lo que el exgobernador hace desde prisión no es otra cosa que una mascarada, seguramente ideada por sus abogados. Duarte dice que su huelga de hambre la hace por la injusta detención de sus excolaboradores, personas inocentes que están presas de manera injusta.
El día 13 de agosto, nueve días antes de ser asesinado, Cándido Ríos dejó un video grabado donde hace fuertes señalamientos en contra de personajes de la política en Hueyapan de Ocampo. Cándido Ríos se dice periodista de tiempo completo y señala que él se dedica a un oficio donde sus armas no disparan balas, «nuestras armas disparan verdades».
En 2012 Cándido Ríos, conocido en la zona del sur como “Pavuche”, fue agredido por el entonces alcalde de Hueyapan de Ocampo, Gaspar Gómez Jiménez. La agresión, se reportó en su momento, se debió a que “Pavuche” documentó gráficamente la manifestación de alrededor de cincuenta habitantes por las malas condiciones de los caminos que comunican esta comunidad con la cabecera municipal.