En estos momentos en Veracruz, un Tehuacán sin gas tiene más fuerza que Cuitláhuac García; el pobre no pudo poner a su carnalita como candidata al Senado
Cuando el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, supo que Roció Nahle no había palomeado a su carnalita, Dorheny García Cayetano, para ser la compañera de fórmula para el senado, con Manuel Huerta, este hizo el berrinche de su vida. Ahí supo que su influencia había menguado, supo que Roció Nahle le había ganado los afectos del presidente López Obrador, y que seguramente el ejecutivo federal, solo lo uso como un simple peón en el ajedrez de la política mexicana.
El gobernador sabe que sus alfiles y peones no han podido ganarse los efectos de la candidata morenista, sabe que Zenyazen Escobar llora su soledad, desojando la margarita en gayola. Está bien enterado que Gómez Cazarín ni se atreve a ir a los eventos de Nahle, para no pasar por la misma pena de Eleazar Guerrero.