Ícono del sitio Libertad Bajo Palabra

Noroña, el chillón. Se queja porque el presidente López Obrador no lo quiere; pero si va a los pueblos y le lanzan tomates. ¿Quién lo va a querer?

Acudía Gerardo Fernández Noroña a apoyar a los candidatos del Partido del Trabajo en las elecciones de algunos estados y no faltaba gente que acudiera para lanzarle tomates. ¿Cómo un tipo que en la oposición ganó tanto prestigio por enfrentar a los corruptos, generó tanta aversión? Simple, el señor se volvió no sólo corrupto, sino incongruente. Le llegó el reparto del pastel con el triunfo de López Obrador y con ello los viajes a Las Vegas y los tours a Europa.

¿Y la austeridad que tanto pregonaba? Por ello, porque el apellido Noroña se convirtió en emblema de incongruencia, es que mucha gente detesta a ese rijoso diputado. Hasta el presidente López Obrador mantiene al margen a Noroña, por eso lo excluye de los presidenciales y no le da alas, para que volando no pique. Ante esa exclusión, Gerardo Fernández Noroña, desde el Congreso federal, se puso a chillar, pues no entiende como él, que ha sido quien más le ha lamido las suelas al presidente, es excluido de los presidenciales:

No, eso no es correcto compañero presidente eso no es correcto con cariño con yo le tengo cariño, admiración y respeto y no tiene por qué ser recíproco no pido lo mismo solo pido respeto no es mucho lo que estoy exigiendo”. Molesto Noroña dijo: “Ahora sí que se quejaba del INE y excluye un participante, pues está peor que el INE”.

Salir de la versión móvil