Cuando le preguntaron al presidente López Obrador la razón por la que había vetado a los consejeros del INAI, dijo que no puede permitir que haya ‘enjuagues’ entre partidos políticos para designar a comisionados. En ese momento señaló que hubo “enjuagues” entre Morena y el PAN para repartirse los asientos vacantes de este organismo. Ahí el ejecutivo quiso mostrarse como un presidente congruente. Sin embargo, todo mundo sabe que fue porque los nuevos consejeros tenían un tufo monrealista.
Ahora el ejecutivo federal ha guardado un sospechoso silencio sobre el caso de Bertha Alcalde Luján quien proviene de cuna morenista, pero no sólo ella, de los finalistas la mayoría pertenece a la clase gobernante o tiene relación de parentesco o subordinación con funcionarios federales, estatales o legisladores guindas.
De modo que, si el presidente fuera en verdad congruente, sería el primero en levantar la voz para limitar la participación de esta rapaz fauna política, tal como lo hizo con los consejeros del INAI. Aunque conociendo el talante del primer mandatario, dudamos mucho que lo haga, si en realidad, de eso pide su limosna.
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