Ahora el ejecutivo federal ha guardado un sospechoso silencio sobre el caso de Bertha Alcalde Luján quien proviene de cuna morenista, pero no sólo ella, de los finalistas la mayoría pertenece a la clase gobernante o tiene relación de parentesco o subordinación con funcionarios federales, estatales o legisladores guindas.
De modo que, si el presidente fuera en verdad congruente, sería el primero en levantar la voz para limitar la participación de esta rapaz fauna política, tal como lo hizo con los consejeros del INAI. Aunque conociendo el talante del primer mandatario, dudamos mucho que lo haga, si en realidad, de eso pide su limosna.