La chica al ver esto no hizo ni un gesto, sólo lo volteo a ver y se hizo la dormida. El gran animal también la vio, pero no le hizo nada, se fue caminando derecho. Al parecer la técnica que usó funcionó. Tal vez el oso ya había comido y estaba pasando por ahí de forma pacífica.
Sin embargo, el miedo de estar frente a frente con uno de estos animales no se lo quita nadie. Vale señalar que el oso negro es una especie en peligro de extinción y se estima que puede llegar a pesar hasta 216 kilos. Se recomienda no tener contacto con estos animales.