El presidente mostrando un azoro fingido, como maestro de ceremonias, cedió el paso y presentó a Pablo Gómez, el único e inigualable mimo de la UIF. El exlegislador, como un verdadero discípulo de Marcel Marceau, representó su acto y deslizó datos y señas de las transacciones de México a la Madre Patria, señalando que hay una denuncia contra el expresidente.
Con esa acción se rompe la regla de oro no escrita en la política mexicana de no meterse con el presidente saliente. Hoy el gobierno de la 4T comienza a representar una función circense que no busca meter a la cárcel al expresidente Peña Nieto, sino mandar un mensaje de que nadie debe meter las manos en la próxima elección del Estado de México. Ese es el mensaje contundente de la 4T.