Cuando la situación económica aprieta debido al desempleo o por cualquier otro motivo y se necesita dinero rápido para salir del apuro, muchos recurren a las financieras o los préstamos por aplicaciones. Muchos incautos, al sentir el agua hasta el cuello, aceptan sin reparos las condiciones leoninas de estos prestamistas. Desde luego que estas aplicaciones le solicitarán copia digitalizada de su INE, comprobante de domicilio, talones de nómina y algunas referencias. Sin embargo, eso no es suficiente para que le autoricen un préstamo y usted tendrá que autorizar el acceso a su teléfono móvil, a las imágenes que éste contenga y, lo más peligroso es que usted les está dando permiso de que llamen a sus contactos en caso de atraso con el pago.
Sin embargo, ese permiso no es un cheque en blanco, ya que los deudores desconocen que, de acuerdo con la Ley para la Transparencia y Ordenamiento para los Servicios Financieros, no pueden hablar con amenazas, tener nombres de entidades de tipo judicial, no pueden embargar, acosar en la vivienda, llevar a prisión ni hacer bullying financiero por ninguna vía ni al deudor ni a sus contactos telefónicos. Hay muy pocas aplicaciones de préstamos como Baubap o Tala, que se sujetan a la ley y no cobran intereses altos.
De manera que, si una financiera o una app de préstamo se está pasando de la raya, amenazándolo o amenazando a sus contactos, puede recurrir a la Condusef, ya que ésta cuenta con un Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), un sistema en el que las instituciones financieras dan a conocer los despachos que tienen contratados y le dirán cuáles son sus obligaciones y responsabilidades dentro de un marco respetuoso y a lo que marca la Ley. Además, si un deudor considera que le están dando mal uso a sus datos, puede recurrir al Instituto Nacional de Transparencia y denunciar violaciones de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LFPDPPP) en su contra.
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