Sin embargo, ese permiso no es un cheque en blanco, ya que los deudores desconocen que, de acuerdo con la Ley para la Transparencia y Ordenamiento para los Servicios Financieros, no pueden hablar con amenazas, tener nombres de entidades de tipo judicial, no pueden embargar, acosar en la vivienda, llevar a prisión ni hacer bullying financiero por ninguna vía ni al deudor ni a sus contactos telefónicos. Hay muy pocas aplicaciones de préstamos como Baubap o Tala, que se sujetan a la ley y no cobran intereses altos.
De manera que, si una financiera o una app de préstamo se está pasando de la raya, amenazándolo o amenazando a sus contactos, puede recurrir a la Condusef, ya que ésta cuenta con un Registro de Despachos de Cobranza (Redeco), un sistema en el que las instituciones financieras dan a conocer los despachos que tienen contratados y le dirán cuáles son sus obligaciones y responsabilidades dentro de un marco respetuoso y a lo que marca la Ley. Además, si un deudor considera que le están dando mal uso a sus datos, puede recurrir al Instituto Nacional de Transparencia y denunciar violaciones de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LFPDPPP) en su contra.