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Cuidado con el Ejército

Sergio González Levet / Debe ser que en las filas de la izquierda mexicana enfundada hoy en el poder quedan algunos personajes que siguen teniendo resquicios de odio ante el Ejército mexicano, el que fue su enemigo mortal durante la época de las guerrillas juveniles.

Puede ser también que en la 4T hay una idea remanente de que en las filas de nuestras fuerzas armadas cupo el malvado fenómeno de la corrupción, y por eso también deben ser vacunadas con el remedio de la sospecha y la curación maravillosa lograda a través de la nueva moral.

La cosa es que al presidente Andrés Manuel López Obrador tampoco le ha gustado que un militar haya ejercido su derecho a opinar en contra. El 22 de octubre pasado, el general de división Carlos Demetrio Gaytán Ochoa habló de una manera inusual en la historia del país. Ante el Presidente y el general Secretario de la Defensa se manifestó en contra de las decisiones que tomó el primero en el caso de la aprehensión y liberación en Culiacán del hijo del Chapo.

Por primera vez pudimos ver el espectáculo de un militar de alto rango hablando fuerte en público y cuestionando libremente las acciones del titular del Ejecutivo.

A lo largo de la historia, nuestro Ejército se ha mantenido fiel a las instituciones y ha ejercido una obediencia a la figura presidencial que ha rozado a veces la ignominia. Muchas veces los militares han resistido la tentación de dar un golpe de fuerza y tomar el poder. Seguimos siendo un país gobernado por civiles, gracias a la disciplina y la voluntad de los hombres que tienen el poder de las armas, para salvaguardar la integridad de la República; gracias a su nacionalismo, podríamos decir.

Y pues no le gustó nadita a AMLO que un soldado mexicano se le subiera a las barbas (según su percepción manifiesta) y le dijera sus frescas. Tan no le gustó, que en la primera mañanera aprovechó para cuestionar y criticar las palabras del general Gaytán Ochoa.

Dijo también el Presidente que no están dadas las condiciones para que haya un golpe de Estado en México, como queriendo meter un tema que no viene al caso.

Así, la respuesta presidencial al arrojo de hablar con libertad de un alto mando militar fue en sentido negativo. El Gobierno del Cambio se manifiesta con poca voluntad hacia la libertad de expresión, como ha sucedido a menudo con los gobiernos de izquierda en todo el mundo.

Muchos mexicanos nos quedamos esperando que Andrés Manuel apoyara el atrevimiento de un soldado mexicano que piensa de buena fe en lo mejor para el país.

A ver si para la siguiente…

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