Luego de la explosión en el ducto de Pemex de Tlahuelilpan, Hidalgo, la cual ha dejado varias decenas de muertos y heridos, muchos se preguntan qué ¿por qué las fuerzas del orden no impidieron a los habitantes acercarse a la zona de la fuga? La respuesta es muy sencilla, porque se vieron rebasados por los cientos de pobladores que llegaban dispuestos a todo con tal de llenar sus bidones, cubetas y demás recipientes con gasolina.
Lo único que pudieron hacer los policías y miembros del ejército que llegaron hasta la zona fue advertir a las personas de los riesgos que corrían por estar allí. Lo anterior lo sabemos gracias a los reportes de las autoridades, pero también a los de algunos habitantes que se encontraban en el sitio. Desafortunadamente las fuerzas del orden no fueron escuchadas pues a la gente le urgía más llevarse un poco de combustible que atender las recomendaciones.
El mismo López Obrador se ha dado tiempo para informar que los policías y soldados no actuaron pues apenas eran unos cuantos comparado con el centenar de pobladores que había alrededor de la fuga de Tlahuelilpan. El desenlace ya lo conocemos todos. Ahora toca atender a las víctimas y esperar a que las autoridades determinen las causas de esta desgracia, ya sabemos que la negligencia sumada con ignorancia, necesidad y agandalle fueron parte dé; hay que saber si hay algún responsable o responsables de haber perforado el ducto y de haber convocado a los pobladores.
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