Si hacemos cuentas, para ir al Mundial Rusia 2018 se requirieron mínimo 70 mil pesos por persona, y eso volando en clase turista, quedándose en hotel de tres estrellas y entrando a un solo partido. De modo que la clase baja difícilmente pudo viajar a Rusia para ver perder a su selección en octavos de final. Esos que se fueron no pudieron votar, seguramente un buen porcentaje iban a votar por Anaya o por Meade; muy pocos por AMLO.
Pues muchos de esos que se fueron a vivir la vida loca ya vienen de regreso con la gran sorpresa de que vienen a un país diferente al que dejaron, un país en el que está determinado que el próximo presidente será de izquierda. A algunos no les caerá bien la noticia, a otros les dará lo mismo; no creemos que algunos se decidan a quedarse por allá.
A esos que regresan y no les gustan los resultados de las elecciones habría que decirles que no deben sentirse mal si no votaron para apoyar a su candidato de derecha, de todos modos, si hubieran votado en contra de López Obrador, nada hubieran cambiado.
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