Pues no le cayó nada bien a los azules los desplantes de director de escuela del líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado. De hecho, reunidos en su casa de campaña se dieron cuenta del daño que causó la actitud del veracruzano, quien hizo ver a Ricardo Anaya como un colegial al que su papá lleva a la escuela.
Es por ello que de inmediato Ricardo Anaya salió a decir que con los medios de comunicación hay una total apertura y que no importa si las entrevistas son banqueteras o no, él va a atender a la prensa. Pobre Dante, poco a poco se irá relegando, poco a poco se irá quedando solo, poco a poco se irá convirtiendo en un convidado de piedra.
Lo invitarán a las conferencias, pero le rogarán que guarde silencio. El problema es que el señor tiene un problema con su protagonismo y aunque quiera no podrá quedarse callado. Ah qué Dante, «si ya saben cómo es para qué lo invitan».
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