Ahora resulta que el poderoso y omnipotente expresidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, es un pan de Dios y que no mata ni una mosca. Después de las declaraciones que aparecieron en la prensa, donde salió involucrado él mismo, junto a Luis Videgaray actualmente secretario de relaciones exteriores, por una presunta vinculación en el desvío de 250 millones de pesos en recursos del estado de Chihuahua cuando gobernaba César Duarte, sale como un quijote a defender su honor.
El sonorense señala que las declaraciones provienen de un «testigo protegido» y que por lo tanto se tratan de «filtraciones y conjeturas inverosímiles» de testigos protegidos carentes de credibilidad. Lo cierto es que estas declaraciones han puesto al sonorense en la mira del grupo en el poder y han atizado el fuego al tema del financiamiento a la campaña de Enrique Peña Nieto en el 2006.
Lo hemos repetido hasta el cansancio en este medio, nada es casual en la política y las filtraciones contra el sonorense huelen a leña de Los Pinos. Por esa razón, esas filtraciones, fueron un “estate quieto” al sonorense para que no piense ponerse con Sansón a las patadas. Beltrones seguramente aprendió la lección y tenga por seguro que lo pensará dos veces la próxima vez.
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