Pues las precampañas ya están a todo lo que da y los candidatos andan recorriendo todo el país, para algunos es territorio desconocido, para otros un territorio que a fuerza de recorrerlo en tres campañas ya se lo han de saber de memoria. Andrés Manuel López Obrador es uno de estos últimos, conocido en todo el país y con las mayores preferencias de voto. El mismo López Obrador dijo de José Antonio Meade que éste sólo era conocido por el 40 por ciento de los mexicanos, y se nos hace mucho.
Pero ya los militantes tienen una buena estrategia para que la gente tenga el nombre de Meade siempre en la cabeza, y eso es rapándose ese nombre y llevarlo hasta que su candidato gane las elecciones. Sólo falta que se ponga de moda, y entonces en los mítines vamos a encontrar a militantes rapados y con el nombre de su candidato en la cabeza.
Sólo falta que así lo hagan los seguidores de Anaya o de López Obrador o de los independientes. Por supuesto, lo importante no es tener el nombre del candidato rapado en la cabeza, sino conocer bien qué es lo que proponen y si su trayectoria política es lo suficientemente honesta como para que lo cumplan.
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