Pero ya los militantes tienen una buena estrategia para que la gente tenga el nombre de Meade siempre en la cabeza, y eso es rapándose ese nombre y llevarlo hasta que su candidato gane las elecciones. Sólo falta que se ponga de moda, y entonces en los mítines vamos a encontrar a militantes rapados y con el nombre de su candidato en la cabeza.
Sólo falta que así lo hagan los seguidores de Anaya o de López Obrador o de los independientes. Por supuesto, lo importante no es tener el nombre del candidato rapado en la cabeza, sino conocer bien qué es lo que proponen y si su trayectoria política es lo suficientemente honesta como para que lo cumplan.