En México, el término cacería de brujas la clase política lo utiliza de manera coloquial y popular al referirse a la especial observación de una o varias personas, con el fin de detallar sus actividades y con el objetivo de mostrar algún fallo referente a alguna temática en particular, y en caso de que éstos hayan cometido algún delito, se les busca para que paguen sus delitos.
En Veracruz ésta ya dio principio y aún no es Todos Santos; la orden de aprehensión contra Javier Duarte y otros ocho cómplices más solo es la punta del iceberg, los nombres comienzan a salir como hongos sembrados en el estiércol. Hoy salieron a relucir los nombres de Édgar Spinoso Carrera y de Adolfo Mota, los dos relacionados con las empresas fantasmas y desvíos de las partidas federales de la SEV.
Los veracruzanos sabemos quiénes son los causantes del quebranto financiero del estado de Veracruz y seguramente la PGR también. Pronto veremos a varios funcionarios y amigos del gobernador con licencia bien esposados y conducidos a cárceles federales. Total, la cacería ya empezó.
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