López Obrador se hace el “chistocito” para no hablar de los jóvenes asesinados en Lagos de Moreno. Se pone la mano en la oreja y dice «no oigo»
Ya hemos hablado de la vileza del presidente López Obrador, quien por un lado pide que se respete a los delincuentes, mientras que ignora a las víctimas de los delincuentes. En esta semana el secuestro, tortura y muerte de 5 jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, tiene conmocionada a la sociedad mexicana. La bestial crueldad con la que fueron tratados los jóvenes no se había visto en mucho tiempo.
A pesar de ello el presidente López Obrador, quien dice que las mañaneras están para informar a los ciudadanos en contraste con los medios de comunicación, o de “manipulación” como él los llama, que no informan. Pero cuando al presidente le pidieron que informara sobre la tortura y muerte de estos jóvenes, el presidente prefirió hacerse el chistocito.
En redes sociales se compartió un video en el que el presidente López Obrador pide a los elementos de la Guardia Nacional que respeten a los delincuentes, porque ellos también son seres humanos. Predica el “mesías tropical” su doctrina de «abrazos, no balazos». Pues esa doctrina, aplicada en México, ha dejado un país sumido en un escenario macabro. Hace unos días se reportó la desaparición de 5 jóvenes en la zona de Lagos de Moreno, Jalisco. Más tarde se subieron fotografías de los 5 jóvenes, quienes habían sido secuestrados por un grupo criminal, se dice que por el Cartel Jalisco Nueva Generación. Más tarde se compartió el video en donde se ve a los 5 jóvenes torturados.
Si usted va por la calle y un perro le ladra desde el portón de una casa, ni se le ocurra patear el portón para que se calle el perro, el perro va a ladrarle más y más y más fuerte. Eso es precisamente lo que pasó en el caso de Citlalli Hernández, senadora de Morena que fue a acusar a Ricardo Salinas Pliego ante el Instituto Nacional Electoral para que dejara de insultarla en Twitter. El INE le concedió la razón a la senadora, pero de nada sirvió, porque el INE no tiene facultades para sancionar a Salinas Pliego, quien ni es un ente político ni está sujeto a una elección popular. Lo que sí consiguió Citlalli es que las agresiones en su contra fueran todavía más severas. Ahora sí, sin ningún empacho el empresario, en pleno uso de su “libertad de expresión”, llama marrana a Citlalli, le dice “cenadora” en lugar de senadora, la compara con hipopótamos y aprovecha cada publicación de ella para darle más duro.
Con sorna el periodista Ciro Gómez Leyva llama “estadista” a Cuitláhuac García, quien ha manejado mal, muy mal, los asuntos políticos y públicos del estado de Veracruz. Señala Gómez Leyva, «ojalá gane alguien de su equipo, porque (Cuitláhuac) no aguantaría 2 minutos una investigación de un gobernador contrario». Carlos Loret de Mola, en su columna de El Universal, dice que hubo una reunión en la que se advirtió que el efecto Xóchitl Gálvez había cambiado completamente la perspectiva que Morena tenía de la elección de 2024. Si bien siguen teniendo una ventaja favorable, esa ventaja ha disminuido. Sobre la mayoría calificada en el Congreso federal, eso ya se ve imposible.
Sobre el caso del joven motociclista que supuestamente había sido atropellado por el auto de un funcionario público estatal ya hay video. En el video se advierte de entrada que la motocicleta no fue arrollada por el auto oficial. En realidad, la motocicleta se estrella en la parte lateral trasera del auto. Quizá para un perito experto el video esté muy claro y con ayuda del video pueda deslindar responsabilidades. Sin embargo, pero los ciudadanos comunes las cosas no son tan claras. En primer lugar, se advierte que el joven motociclista no hace ningún intento por bajar la velocidad cuando está cerca del crucero; el sentido común de los conductores, la precaución de vivir en una ciudad donde son muchos los que no respetan los señalamientos viales, debería poner en alerta a los motociclistas. Además de eso, la vía por la que circula el motociclista no le permite advertir su vienen vehículos; con mucha más razón debió ser precavido.
Una persona incongruente recomienda algo, pero actúa contrario a lo que recomienda; critica algo, pero sus acciones van a tono con lo que critica. Desde su conferencia mañanera el presidente López Obrador criticó a las personas que compran ropa de marca: «¡Imagínense, comprar, con todo respeto, una camisa y todavía hacerles publicidad! ¿Qué se gana con eso? Las marcas, los carros, que un Ferrari, como hay una canción -no voy a decir cantante- donde habla de una camioneta, Mercedes, ‘mi Mercedes, mi troca´, qué es eso».
Antes de llegar a la política de gran altura, Martí Batres era el encargado de llenar los camiones para los mítines; el recibía órdenes del “Señor de las ligas”, René Bejarano. Sin embargo, tan pronto comenzó a escalar posiciones políticas, sus arengas a favor de la 4T se hicieron parte de su actuar político. Ahora como suplente de Claudia Sheinbaum, frente a la Ciudad de México, sale con la cachiporra en la mano y compara a la oposición con el Ku Klux Klan por oponerse a la distribución de los nuevos libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
¿Acaso vivimos bajo la tutela de un gobierno fascista y represor? ¿Acaso estamos obligados lo ciudadanos a tragarnos todos los cuentos que salgan de la presidencia? ¿Acaso los diputados en el Congreso no son autónomos y están supeditados a la voluntad presidencial? ¿Pues no que los morenos no eran como los de antes? La diputada de Morena, Adela Ramos, quien se opuso a la distribución de los libros de texto, pues para ella «es evidente que no solo se trata de errores ortográficos y gramaticales, sino de intenciones dogmáticas y filosóficas que conllevan a un interés político con abusos exagerados, sesgando los derechos de nuestra niñez».
Usted quizá crea que lo que está sucediendo en México se queda en México. Pero no, fuera de México se están dando cuenta de cómo los cárteles de la droga se están montando en el poder apoyando campañas políticas de alcaldes y gobernadores. En las elecciones gubernamentales donde Morena se quedó con el gobierno, ahora los grupos del crimen organizado exigen su cuota. Eso pasa en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Sonora y por supuesto en Sinaloa. Eso lo sabía Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador que fue asesinado supuestamente por miembros del Cártel de Sinaloa.