Javier Duarte olvida que, si se es cochino, no hay que ser tan trompudo
Existen varios políticos que se ganaron a pulso el repudio de los veracruzanos, podemos mencionar a Fidel Herrera Beltrán que, desde su llegada al poder, abrió las puertas de par en par a los malandros identificados con la última letra del abecedario. Y qué decir de su robusto antecesor, Javier Duarte quien mediante el uso de la “licuadora” se embolsó miles de millones de pesos que pertenecían a los veracruzanos. Hoy nos enteramos que la Fiscalía General de la República (FGR) informó que un Juez de Distrito con residencia en Xalapa, Veracruz, liberó siete órdenes de aprehensión en contra de exfuncionarios, debido a su presunta implicación en el desvío de mil millones de pesos durante el mandato de Javier Duarte de Ochoa.
Después de la exitosa marcha de los trabajadores del poder judicial, a pesar de los obstáculos que les puso Martí Batres, al presidente López Obrador ya le cayó el veinte, y reconoce que su proyecto de retirar los trece fideicomisos no prosperará. El ejecutivo federal sabe que diputados de oposición, sindicatos y trabajadores de manera individual, podrán presentar un recurso de inconstitucionalidad, mismo que será resulto por el Poder Judicial.
¿A qué juega la incómoda alcaldesa de Sayula de Alemán? Un día manda pintar bardas a favor de Eric Cisneros, luego las borra y se va a buscar que le tomen la foto en los eventos con Rocío Nahle o manda a sus operadores a apoyar en los eventos; la señora juega con los dos bandos. Acostumbrada a engañar, mentir y traicionar, la alcaldesa de Sayula de Alemán desde hace meses trae un juego perverso tratando de engañar a los aspirantes a coordinadores de la Defensa de la Cuarta Transformación por el estado de Veracruz, Rocío Nahle García, y Eric Cisneros Burgos. Es sabido que Nahle y Cisneros mantienen una disputa cerrada por el mismo cargo, en donde Nahle y su equipo se han quejado de una guerra sucia contra la exsecretaria de Energía.
¿De quién es la culpa de la ola de migrantes que busca llegar a los Estados Unidos? ¿Es culpa de los Estados Unidos por tener una economía que requiere de los migrantes, aunque los rechace? ¿Es culpa de los gobiernos de los países de los que migran que son incapaces de generar mejores condiciones de vida? Para los países que asistieron a la “cumbrecita” migratoria de López Obrador la culpa de la crisis migratoria es culpa de los bloqueos por parte de los Estados Unidos a los gobiernos que consideran dictatoriales.
Gerardo Fernández Noroña necesitó llegar a ser un oficialista para mostrar el verdadero rostro de la izquierda. Incongruente, vividor, rijoso, machista, exhibicionista, Noroña es la cara de una izquierda que alcanzó el poder. Pero a todas esas “virtudes” agregue usted las de arrastrado y pendejo. Se sube a la tribuna de la Cámara de Diputados para pedir que cesen los insultos, pero empieza llamando a los panistas, “paniaguados”. Dijo el arrastrado de Noroña: «Ya estuvo bueno, ya pasaron la línea, sobre todo la oposición, ya pasaron la línea, no debemos tolerarles un insulto más. Ni al compañero presidente ni a su familia. Vienen a hablar de particulares que no tienen ningún cargo público a injuriarlos a decir mentiras sin ninguna prueba».
Como bien lo señalamos, López Obrador mostró su “gran poder de convocatoria” con su Cumbre Migratoria. Un evento al que sólo asistieron los presidentes de Venezuela, Cuba, Colombia, Honduras y el primer ministro de Haití; dos dictadores y otros cuantos monigotes sin trascendencia en el panorama internacional. Para aderezar esa cumbre el presidente también invitó a Layda Sansores, la esperpéntica gobernadora de Campeche, que cada día se parece más a un muppet que a una gobernadora. A la cita también acudió el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quien de verdad se creyó invitado de honor; no pudo entender que sólo lo invitaron en calidad de bulto.
En años atrás, cuando alguien carecía de medios económicos para comprar alguna propiedad, pero era reconocido como un hombre cabal, su palabra era suficiente para quedar como garantía de que este cumpliría su promesa de pago. Su palabra pesaba y esta era cuestión de honorabilidad. Sin embargo, cuando alguien dejaba de cumplir su palabra, ya era muy difícil que algunos confiaran en esta persona nuevamente. Hoy, a unos meses de que acabe su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha desgastado tanto su palabra, que hoy cuando busca empeñarla, ésta carece de valor y confianza.
Hay periodista que en realidad creen que Hugo López-Gatell es responsable de la pésima estrategia que se siguió para el control de la pandemia de covid en México. El resultado de esa mala estrategia provocó un exceso de muertos, algo así como 780 mil. Si bien es cierto, muchas de esas muertes no se podían haber evitado, también es cierto que, en otros países, tan densamente poblados como México, el resultado fue menos trágico. Por ello, muchos creen que López-Gatell, llamado el “Dr. Muerte”, debería estar en prisión, o al menos recluido en su domicilio, sin salir, sin dar la cara, lleno de vergüenza. Pero no, López-Gatell es tan caradura que hasta quiere ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México.