Citlalli Hernández, le fue peor. Salinas Pliego no borra publicaciones donde supuestamente la denigra y arrecia las burlas contra ella; no puede ni limpiarse, dice
Si usted va por la calle y un perro le ladra desde el portón de una casa, ni se le ocurra patear el portón para que se calle el perro, el perro va a ladrarle más y más y más fuerte. Eso es precisamente lo que pasó en el caso de Citlalli Hernández, senadora de Morena que fue a acusar a Ricardo Salinas Pliego ante el Instituto Nacional Electoral para que dejara de insultarla en Twitter. El INE le concedió la razón a la senadora, pero de nada sirvió, porque el INE no tiene facultades para sancionar a Salinas Pliego, quien ni es un ente político ni está sujeto a una elección popular. Lo que sí consiguió Citlalli es que las agresiones en su contra fueran todavía más severas. Ahora sí, sin ningún empacho el empresario, en pleno uso de su “libertad de expresión”, llama marrana a Citlalli, le dice “cenadora” en lugar de senadora, la compara con hipopótamos y aprovecha cada publicación de ella para darle más duro.