El casi desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en un intento desesperado por conmover el corazón del presidente y de los legisladores para que reconsideren su deseo desaparecerlo, lanza una campaña llamada «En educación #AOscurasNo». Es, según el INEE, un llamado a la sociedad y a las y los legisladores para aprender de la experiencia: la evaluación debe estar fuera de la autoridad educativa para que cumpla no sólo con su función de contrapeso, sino con la tarea de garantizar que la calidad y la equidad educativa se cumplan.
Según este organismo, la autonomía del INEE le permite a la sociedad mexicana conocer la situación de desigualdad en la que opera el Sistema Educativo Nacional, pues le ha dado voz a las poblaciones más desfavorecidas, como son los indígenas, los jornaleros agrícolas migrantes y las personas con discapacidad.
Claro que, mañosamente, esta campaña no toca el tema de la evaluación docente, motivo por el que se ganó el repudio d la mayoría de los maestros. Así que, ni con esta campaña el INEE sobrevivirá. Su suerte ya está echada y su epitafio ya está escrito.
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