Si las cuotas de los alumnos de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz no se hubieran tocado, el dinero alcanzaría para pagar a los docentes y al personal administrativo; estamos hablando de 114 millones de pesos cuatrimestrales. Si la la Fundación para la Educación, Salud y Recuperación del Medio Ambiente EDAL A.C. tuviera ese dinero intacto el problema se resolvería. Pero está claro que si no están pagando, es porque el dinero ya se lo gastaron; lo más seguro es que se lo hayan robado. Eso lo sabe la secretaria de Educación, Claudia Tello, lo sabe Elías Calixto Armas, pareja sentimental de Tello, lo sabe Rocío Nahle, comadre de la Tello y gobernadora de Veracruz.
Según informes recabados por alumnos y docentes, hasta este 17 de noviembre de 2025 la institución no les resuelve el problema, no hay diálogo, ni siquiera se atreven a dar un plazo, no hablan de pagos, más bien están de acuerdo en que si los maestros deciden dejar de dar clases, “allá ellos”. Al gobierno le conviene que los maestros claudiquen, porque se ahorrarían millones de pesos en pagos de salarios. ¿Y qué hay de los alumnos?
Miles de alumnos siguen dados de baja de la plataforma de la UPAV; dados de baja como alumnos morosos, como si no hubieran hecho los pagos correspondientes a cada cuatrimestre. Al parecer, el gobierno de Rocío Nahle está decidido a que la UPAV reviente, a que los maestros se queden sin sus pagos, a que los alumnos se den de baja. Una vez que pase el desastre, Claudia Tello y Rocío Nahle se pondrán a recoger los despojos de la inundación y ya verán qué hacer con ellos.
