Mientras la Unidad de Inteligencia Financiera investigaba cuánto ganaba Loret, Vector de Alfonso Romo le lavaba dólares a García Luna

Pablo Gómez UIF
Pablo Gómez UIF
Mientras “Pablito” hostigaba a los periodistas, se olvidó de investigar los depósitos de los Weinberg, socios de García Luna, en la casa de bolsa Vector, propiedad de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Gobierno de López Obrador

En el México de la Cuarta Transformación la justicia parte de la vieja máxima: “aplíquese la ley, pero en los bueyes de mi compadre”. López Obrador utilizó la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para amedrentar a quienes consideraba sus adversarios. Pablo Gómez, el titular de la UIF reveló datos privados de Carlos Loret de Mola y de María Amparo Casar, directora de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

Carlos Loret de Mola fue quien reveló el tema de los sobres amarillos entregados a Pío López Obrador y MCCI reveló el tema de la “Casa gris” de José Ramón López Beltrán. Pues mientras “Pablito” hostigaba a los periodistas, se olvidó de investigar los depósitos de los Weinberg, socios de García Luna, en la casa de bolsa Vector, propiedad de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia de López Obrador. Sobre este descuido señala el periódico El Universal:

“Nos hacen ver que el golpazo dado por el gobierno de Donald Trump con la acusación de lavado de dinero a dos bancos mexicanos y a la casa de bolsa Vector, de Alfonso Romo, debería ser una llamada de atención para los responsables de oficinas importantes de vigilancia como la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, encabezada por el muy político Pablo Gómez, o la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por el muy cercano al lopezobradorismo Jesús de la Fuente, y que al parecer estaban muy ocupadas investigando y presionando a opositores, críticos y periodistas como para advertir las vulnerabilidades de instituciones como las vetadas por Estados Unidos”.

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