Lo que es un hecho, es que el gobierno federal no se podía permitir el lujo de abrir otro frente con el magisterio nacional, mientras enfoca toda su atención a las amenazas del presidente Donald Trump. Sin embargo, no hay la mínima intención de incluir las principales demandas de los maestros de cambiar la edad de jubilación ni tampoco de abrir la puerta para que muchos maestros se cambien de cuentas individuales al décimo transitorio.
Hay que reconocer que la presidenta Sheinbaum, al declarar una pausa para la polémica reforma, logró desactivar las movilizaciones de los maestros en todo el país. Aunque siendo sinceros, los maestros mordieron la carnada y hasta se tragaron el anzuelo, ya que no hay ningún avance en sus pretensiones de rebajar la edad de jubilación. En otras palabras, la presidenta Sheinbaum les dio un reverendo madruguete.

