Luis Ortiz R. / Como bien se sabe, las pensiones de los docentes, al ser trabajadores del Estado, están a cargo del ISSSTE. En 2007 entró en vigor la reforma a la nueva Ley del ISSSTE, la cual determinó la transición de un esquema de reparto a otro de cuentas individuales. En ese momento se abrogó la Ley de 1983 que regía durante el mandato de Miguel de la Madrid.
En ese entonces, los docentes se jubilaban a los 30 años de servicio para hombres y 28 para las mujeres. Esa jugarreta entre el gobierno de Felipe Calderón y el SNTE, en ese momento representado por la maestra Elba Esther Gordillo, vendieron la idea a los maestros que les convenía tener cuentas individuales.
No hay que olvidar que, con este esquema, el monto de pensión depende de los recursos acumulados por cada trabajador en su cuenta individual a lo largo de su vida laboral. Hoy, demasiado tarde, muchos maestros sufren las consecuencias. Y es que, como algunos dicen, “los maestros eran felices, pero no lo sabían. Con la Ley del ISSSTE del 83, algunos maestros salían con 48 y 50 años de edad, aun fuertes para disfrutar de los frutos de su largo trabajo en las aulas.
Llama mucho la atención el trabajo, elaborado por los investigadores Cristina Bellés, Sergi Jiménez y Han Ye, sobre las consecuencias de laborar después de los 60 años de edad. El texto señala que “retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años en 4,4 puntos porcentuales (38%)”, y añade que “el aumento de la mortalidad se debe principalmente al efecto inmediato de la pérdida de acceso a los regímenes de jubilación anticipada”.
De modo que los maestros que piden jubilación por edad, o una salida del servicio laboral docente a los 30 años de servicio no están nada equivocados. No tiene caso salir jubilados cuando las enfermedades degenerativas, como la diabetes y la hipertensión ya se han hecho presentes.
Hoy el gobierno que heredó Claudia Sheinbaum, intentó dar madruguete al magisterio nacional, desde luego que, para ello, contó con la complicidad del SNTE. El propio Alfonso Cepeda Salas salió a dar las gracias por una reforma que tomaba en cuenta a los maestros.
Sin embargo, las cosas no les salieron como ellos querían. Esa vez los maestros no se tragaron el cuento y se dieron cuenta, que la iniciativa de Ley que mandó la representante del ejecutivo federal, pretendía un descuento global, con la promesa de que con ello se mejoraría el sistema de salud. Luego se corrigió la plana y se señaló que solo sería para los que ganaran más de diez unidades(UMAS) Unidad de Medida y Actualización.
No obstante, lo que caló duro a los maestros, fue que, en esta iniciativa de Ley, no contemplaba la jubilación por edad, mucho menos, la alternativa de cambio de cuentas individuales al décimo transitorio.
Con esta intentona de tomada de pelo, los aguerridos maestros de Zacatecas levantaron la voz en las calles, rápidamente siguieron su ejemplo los maestros de Baja California, Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo, Ciudad de México, Veracruz, Chiapas, entre otros. Por otro lado, la CNTE hizo lo propio convocando a sus huestes a manifestarse en el centro del país.
Con la cara desencajada, Claudia Sheinbaum no tuvo otra alternativa que pausar la reforma de Ley del ISSSTE. Desde luego que para que esta no pareciera una derrota, el gobierno federal rápidamente vendió la idea de apertura y dialogo con los maestros. Por cierto, el abyecto líder del SNTE, tuvo que salir a decir, que, gracias a sus gestiones, se había logrado pausar la reforma del ISSSTE.
Desde luego que se necesita ser muy ingenuos para creer tanta generosidad por parte de una presidenta disminuida por sus propios grupos de poder dentro de sus propias estructuras. No hay que olvidar que habrá elecciones municipales en Durango y Veracruz y seguramente no quieren que los maestros les jueguen las contras.
Por lo pronto, hay un impasse, que le da un respiro a la 4T y un poco de tranquilidad aun magisterio que no dudará un segundo con salir a las calles si vuelven a intentar echar adelante una lesiva reforma del ISSSTE.