Un operativo de las autoridades brasileñas destapó esta semana una grave violación a los derechos laborales en Camaçari, Bahía. Un total de 163 obreros chinos, contratados para la construcción de una fábrica del gigante de vehículos eléctricos BYD, fueron rescatados de condiciones de trabajo inhumanas. Los obreros vivían hacinados en dormitorios sin camas adecuadas, sin espacios para sus pertenencias, y compartían un solo baño para más de 30 personas.
“La situación sanitaria era insostenible”, reportó el Ministerio Público del Trabajo (MPT), que también denunció retención de salarios y confiscación de pasaportes, prácticas que apuntan a trabajo forzado. Proyecto, anunciado como la mayor fábrica de autos eléctricos de BYD fuera de Asia, ahora se enfrenta a una tormenta legal y reputacional.
La empresa brasileña subcontratada, Jinjiang Construction Brazil Ltda., ha sido señalada como responsable directa de estas condiciones. BYD, por su parte, rescindió su contrato con Jinjiang y trasladó a los trabajadores a hoteles locales, asegurando que investigará el caso y cooperará con las autoridades.