Si Claudia Sheinbaum requiriera urgentemente de los servicios de Cuitláhuac García ya lo hubiera llamado, ya tuviera para él un cargo apartado, o al menos ya sabría en qué lugar lo va a colocar en su gobierno. Sin embargo, a unas horas de que Cuitláhuac García deje de ser gobernador de Veracruz, Claudia Sheinbaum no sabe dónde lo puede arrumbar. Si no lo cree, lea bien las palabras de la presidenta de México.
Durante la inauguración del Hospital Psiquiátrico de Orizaba, Claudia Sheinbaum declaró: «Me da gusto cariño nostalgia, muchas cosas, el que el día de hoy se despida Cuitláhuac como gobernador. No se preocupen, se va a ir a trabajar conmigo, ya luego les platico dónde. Se va al gobierno federal, ya en su momento les vamos a informar en qué parte importante estratégica del gobierno va a colaborar».
«Ya luego les platico dónde», dice eso porque ni ella sabe dónde poner a ese chivo de cristalería. Luego eso de la «parte importante estratégica del gobierno»; suena más bien como la oficina de asuntos sin importancia. Ya ni la burla perdona la señora presidenta, ya basta de tratar a Cuitláhuac como un apestado.