Cuitláhuac García el impoluto, el sacrosanto, el hijo putativo de aquel que se fue a la “Chingada”, resultó una ratota prieta de alcantarilla, peor de las que se encontraban en la cloaca del PRIAN. Desde meses atrás, casi al inicio de la gobernación de Cuitláhuac García, estuvimos insistiendo que no era buena idea colocar a Eleazar Guerrero como guardián de los dineros de los veracruzanos. Fue como poner a Lutero a cargo de los bienes del Vaticano, de entrada, el roedor que hoy es diputado federal, quiso hacer pasar unas camionetas que serían patrullas a un sobreprecio, desde ahí se vio que la cofradía morenista superaría al PRI en raterías.
Eleazar Guerrero, un político de poca monta que nunca pudo ganar el municipio de Jilotepec, de la noche a la mañana comenzó a comer con manteca, el dinero se hizo evidente en casas y propiedades que poco a poco irán brotando como hongos. Para ello se valió de familiares y amigos para conformar una red de desvíos y complicidades, desde luego también a las “amiguitas” les toco su parte.
Hoy, medios nacionales hablan de Cuitláhuac García como el nuevo Duarte. Hoy el hijo del Profe Atanasio queda evidenciado ante los veracruzanos, como un vil raterucho de cuarta. Lo peor de todo, es que, es muy posible que los morenos lo tapen con la cobija de la impunidad. Ojalá y que la nueva gobernadora, se faje bien las enaguas, y vele por los intereses de los veracruzanos.