Como la muñeca fea que anda escondida por los rincones, temerosa de que alguien la vea, y que solo recibe consuelo de un ratón, que le recuerda constantemente que la quiere la escoba y el recogedor, así anda el gobernador de Veracruz. Olvidado y con su cara llena de hollín por los pésimos resultados que obtuvo como gobernante en el estado de Veracruz. Desde luego que, la que no lo puede ver ni en pintura, es la candidata oficialista, quien sin deberla ni temerla, tiene que cosechar el repudio que sembró un personaje que nunca debió haber sido gobernador.
Ahora resulta que el hijo del profe Atanasio, anda diciendo que posiblemente sea llamado a colaborar con Claudia Sheinbaum, si es que esta sale bien librada del “tramite” del dos de junio. Lo cierto es que, después de que Cuitláhuac García deje el poder, este llevará en la frente la marca que deja la ineptitud y la corrupción, como una maldición, como la marca de Caín.
Así que, esa charada de que la candidata morenista a la grande lo requiere, es solo eso, una vacilada que busca mitigar la penosa derrota que se le viene encima a Morena, una derrota propiciada por un personaje que se ha convertido en uno de los peores gobernadores que ha tenido Veracruz.
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