El caso de la adolescente de 13 años que fue víctima de agresión de parte de Rodrigo “N”, un compañero de su escuela secundaria Liceo Emperadores Aztecas es un problema que se vive en la actualidad y del que las autoridades deberían de castigar con severidad para que no sigan ocurriendo situaciones similares. El pasado 17 de abril una jovencita identificada como Alondra salía de su escuela y se dirigía a su domicilio en la alcaldía Iztapalapa, de la CDMX cuando fue interceptada por un adolescente al que identifican como su exnovio. El agresor le reclamó el hecho de haber terminado la relación y le exigía que regresaran.
Como Alondra se negó rotundamente a sus peticiones Rodrigo le dio más de 15 puñaladas. La jovencita fue trasladada a un hospital en donde se recupera de las heridas mientras que Rodrigo fue trasladado ante el Ministerio Público de la Fiscalía de Justicia para Adolescentes, de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género, quién inició la indagatoria correspondiente. Días después de su detención fue puesto en libertad. En el comunicado indicaron que el juez determinó que su proceso legal no procedería. El juez argumentó que no es sujeto de la ley por lo que se privilegia el interés superior de la infancia.
Ante la determinante conclusión del juez en turno colectivos feministas y la sociedad en si exigen que se haga justicia. La Colectiva Nacional y la Comisión Nacional de las Niñas, Niños y Adolescentes de 50+1 condenaron la determinante respuesta del juez y añadieron que este tipo de problemas seguirán ocurriendo si las autoridades no implementan castigos para los menores que cometen este tipo de delitos. Para un adolescente que se dispone apuñalar a otra persona, como en este caso a la jovencita Alondra, decir que se privilegia la infancia es una manera de justificar una actitud violenta. ¿En donde queda la justicia?
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