Nahle: error estratégico

Nahle
Rocío Nahle y Cuitláhuac García FOTO: WEB
- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez /

Prefacio.

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El año 2010 Miguel Ángel Yunes Linares hizo el primer intento por conquistar el gobierno de Veracruz. Durante años había luchado por que su partido -en ese entonces el PRI- lo hiciera candidato, y al ya no encontrar “viable” esa ruta, optó por renunciar y mudarse al Partido Acción Nacional (PAN).

Especialistas en temas electorales plantearon que, en aquella elección, el error de Yunes Linares fue enfocar sus baterías en contra del gobernador en funciones, Fidel Herrera Beltrán, y prácticamente ignorar al candidato oficial, Javier Duarte, quien transitó sin mayores problemas hasta obtener la victoria.

Una estrategia similar utilizó Yunes Linares en el 2016: sus ataques fueron siempre contra el gobernador en turno (Javier Duarte) y en esa ocasión sí le funcionó. Héctor Yunes, su rival, no era la mejor apuesta para defender al gobierno priista y su derrota fue de poco más de 4 puntos porcentuales.

La diferencia entre ambas elecciones -advirtieron los analistas- fue que en la primera el que operó fue Fidel Herrera, alguien con la suficiente habilidad para “absorber” el golpeteo y liberar a su candidato.

Un error similar está cometiendo el equipo de campaña de Rocío Nahle. Insiste en atribuir la responsabilidad de todos sus males (las denuncias por corrupción, los abucheos de la gente y la reiteración de su origen zacatecano) a “la perversidad de la familia Yunes” (la de El Estero, en Boca del Río).

Nadie se ha detenido a pensar que el candidato a la gubernatura es conocido en toda la entidad como Pepe Yunes, un actor político con trayectoria propia, que no tiene vínculos familiares con aquellos que han sido el blanco de sus ataques y que, para mayor complicación, no tiene una sola mácula en su desempeño en el servicio público.

Desesperado ya porque no ha encontrado la fórmula para ayudar a una candidata que lo mantiene alejado, este jueves el gobernador Cuitláhuac García recurrió a la fórmula que mejor le funciona a su maestro, el presidente López Obrador: “a mi no me vengas con eso de que la ley es la ley”.

Tras reponerse del mazazo que significó que el periódico Reforma le dedicara su nota principal a hacer un recuento de los actos de corrupción que le han sido detectados a Rocío Nahle, el gobernador de Veracruz no encontró mejor método para contrarrestarlo, que utilizar sus redes sociales: “¿Cuánto cuesta poner una mentira a ocho columnas en un periódico ‘nacional’ conservador (chayotero) para intentar manchar la imagen de la persona que va a ser gobernadora?”.

Qué pronto se le olvidó. Fue apenas comenzando el año cuando prometió que iba a “impulsar siempre un estado democrático, un gobierno respetuoso de todas las expresiones políticas” y que “la gente gozará de libertad plena para elegir a quien debe continuar después de mi sexenio”.

Apenas tres semanas después de esa declaración, el Organismo Público Local Electoral (OPLE) determinó que, al promover la imagen de Rocío Nahle, el gobernador de Veracruz violó el derecho de los otros aspirantes a contar con la misma oportunidad para obtener el voto ciudadano.

La Comisión Permanente de Quejas y Denuncias dictó ese acuerdo, luego de que el representante del PRI ante el OPLE, Silvio Lagos Galindo, presentó una denuncia por violaciones a la legislación electoral.

No era la primera vez. Ya había sido reconvenido porque en noviembre del año pasado utilizó su conferencia de prensa para lanzar ataques contra el candidato opositor, Pepe Yunes.

Su argumento en aquella ocasión fue, por decir lo menos, absurdo: “Apenas opiné que Pepe Yunes devuelve las cajas de huevo y ya está la denuncia… (Que) conste que tuve que aclarar por alusiones personales. No es políticamente ético que le tires a tu adversario y ya después que tu adversario te conteste, hagas queja”.

Esta nueva irrupción de Cuitláhuac García en el proceso electoral también será denunciada. Con tantos apercibimientos, no podrá alegar que no tiene metidas las manos en estas elecciones. 

* * *

Epílogo.

Ya es un hecho: el gobierno de Cuitláhuac García va por Joana Marlene Bautista Flores, quien fuera secretaria particular del subsecretario de finanzas Eleazar Guerrero, y directora de Administración en el Poder Judicial del Estado. *** Este día trascendió que la Fiscalía General del Estado (FGE) inició un proceso judicial en su contra, a partir de una denuncia por la presunta contratación de empresas “fantasma” en el Tribunal Superior de Justicia, desvío de recursos, corrupción, e incumplimiento de un deber legal. *** Joana Bautista Flores fue citada a comparecer ante un juez local para conocer sobre su imputación, pero la audiencia fue cancelada porque ella no se presentó, alegando un problema de salud. En su lugar, asistieron sus abogados, quienes presentaron un justificante médico.

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