El presidente López Obrador se ha llenado la boca diciendo que cuando termine su mandato en unos seis meses, se jubilará de la política. No por algo, ya entrego el bastón de mando a la que supuestamente será su sucesora. Sin embargo, ante estas declaraciones muchas cejas se han levantado como símbolo de incredulidad. Su incesante intromisión en asuntos electorales desde sus conferencias mañaneras, ha dejado constancia de cómo el ejecutivo federal sigue insistiendo que la mejor candidata es Claudia Sheinbaum.
Esa insistencia ha levantado sospechas, ya que el presidente seguramente, pretenderá seguir mandando tras bambalinas. Esa es su naturaleza de Zoon politikón.
Desde luego que, si los mexicanos permiten esa situación, será un grave retroceso en el ámbito democrático del país. Pero no solo eso, los mexicanos, muchos con un dejo de confort e indiferencia, podrían permitir una reelección oscura y velada impulsada por un político, que no quiere que le apaguen los reflectores. Ese es el riesgo.
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