¿Bertha Xóchitl ayuda a Pepe?

Puerto
La candidata a la Presidencia de la República por el PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, afirmó que su proyecto de país contempla construir la segunda etapa del Puerto de Veracruz, para que esta región pueda ser un gran centro de desarrollo con el nearshoring FOTO: PRENSA XÓCHITL GÁLVEZ
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / La presencia de Pepe en la campaña de la señora Bertha Xóchitl es positiva para ella y negativa para él. Ambos debieran dimensionar las posibilidades de triunfo de cada uno. La personalidad de la señora contrasta con la del candidato priísta. La alianza prianista, antes inimaginable, tiene una finalidad exclusiva de fortalecer la oposición, obteniendo triunfos electorales; surgida de una coyuntura política observada como “muy adversa”. Para lograr ser un contrapeso se pactó “la madre de todas las alianzas”, con el propósito de conservar cierto poder. Los resultados electorales se privilegiaron sobre las diferencias ideologías. Los eternos adversarios hoy están “unidos” como papel pegado con saliva. A nivel nacional, la convivencia entre ellos es apenas soportable. Afortunadamente, la alianza es más favorable a nivel estatal; los acuerdos políticos la fortalecieron y la corta o nula “cola” de sus principales actores políticos no la mella. La lejanía con dirigentes nacionales puede ser beneficiosa.

Los aliancistas PRIANPRDistas en el Estado, como casi todos los veracruzanos, diagnostican acertadamente la realidad que vivimos; falta que propongan soluciones a los problemas hasta hoy irresueltos. La “guerra sucia” no propone nada; por lo que debiera excluirse del discurso del candidato opositor. Quienes vivimos en Veracruz queremos conocer una “nueva alternativa de gobierno”, viable y atractiva; no escuchar denostaciones que conducen al abstencionismo.

El candidato prianista, si quiere ganar más adeptos, tiene que deslindarse de gobiernos ominosos; ni él ni nadie puede ocultar o soslayar el pasado cercano.  Se necesita calidad moral para aceptar las fallas de excompañeros; de tenerla Pepe, las preferencias electorales se incrementarán en su favor; de lo contrario, será inadmisible “ver la paja en el ojo ajeno omitiendo ver la viga en el propio”. Los debates entre los candidatos tendrán una constante conocida: las denuncias mutuas de corrupción. Por tal razón, es sugerible el deslinde aludido.

En Veracruz, como en todo el País se percibe una disrupción social. ¿Cómo podría lograr la cohesión social inclinándola a su favor en este proceso electoral el candidato prianista?  Esta incógnita causa zozobra, principalmente, por las diferencias abismales en cuanto a la forma de gobernar de los aliancistas. Entonces, ¿cómo esperan que la sociedad veracruzana la vea con buenos ojos? Nadie quiere imaginar que suceda lo mismo que en Coahuila; donde el dirigente nacional del PAN “se quejó públicamente” de “compromisos incumplidos”.  A todas luces, son los líderes nacionales de ambos partidos quienes dificultan más el triunfo de Pepe; entre ellos, la señora Bertha Xóchitl.

Se dice que el candidato aquí referido es de los pocos políticos inmunes a la enfermad crónica que padecen: la corrupción. Por tal razón, Pepe tienen que valorar, en su justa dimensión al panismo veracruzano. Los líderes azules locales lo han arropado en los lugares gobernados por ellos cada vez que los visita. Los candidatos azules representan un trabuco para el partido oficialista; son experimentados, con estructuras electorales sólidas; “no andan con payasadas”; son serios y objetivos. Los que participan junto a él han salido avante de conductas reprobables endilgadas; tanto a nivel local como federal.

Resulta insuficiente, también, señalar y achacar los problemas a un mal gobierno y se diga que se representa un cambio, sin dar a conocer una propuesta alternativa encaminada a impulsar un desarrollo justo, humano. Que le devuelva la dignidad a quienes solo reciben lo que les pertenece en programas sociales. Propuesta con la obligación de incluir desmarcarse del conservadurismo y enunciar las formas en que se distingue esta alianza; de lo contrario, siempre será un argumento válido en su contra lo manifestado por Fox y seudo intelectuales que venden su falaz discurso, como Aguilar Camín, Carlos Alazraki, Castañeda, etc.

Hasta ahora, el candidato prianista no ha sido señalado como parte de ese conservadurismo recalcitrante. Sin embargo, corre el riesgo de que se le aplique el dicho: “dime con quién te juntas y te diré cómo eres”. Él tiene que alejarse, verdaderamente, de corruptos, de la demagogia y de personas incompetentes, como los que rodean a la señora Bertha Xóchitl, incluyéndola a Ella.

Pepe es un candidato competitivo, a quien conozco desde hace muchos años; sin embargo, al verlo junto a esa señora, quien hace “fantasiosas propuestas” y actúa como patiño de la extrema derecha, vislumbro pérdida de confianza del electorado. Esa señora recibirá una paliza en los debates; sus vulgaridades la hundirán; sin “teleprompter” parece padecer de amnesia. En su debacle puede arrastrar a varios candidatos.

Otro sí digo. – Los debates, en términos generales, son “un producto” de consumo doméstico para los partidos y un medio que puede definir el voto indeciso razonado.

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