Rocío Nahle sabe que mucho del repudio que se ha ganado su partido político, Morena, ha sido gracias al gobernador morenista Cuitláhuac García. La imbecilidad del gobernador ha traspasado las fronteras de Veracruz. Por decir así, su estulticia se ha viralizado y eso lo han aprovechado sus funcionarios que se han dedicado a robar a manos llenas. Cuitláhuac García cree que, refugiado en su cabañita humilde, rodeado de animalitos, da muestra de la austeridad republicana que le exige López Obrador. Pero no se da cuenta que muchos de sus funcionarios han comprado no sólo grandes mansiones, sino edificios de departamentos, ranchos y hasta yates con el dinero de los veracruzanos; bueno, hasta sus parientes, primos y hermanos.}
De eso se han dado cuenta los veracruzanos, que también están al tanto del mal gobierno de Morena, de la colusión del crimen organizado con ciertas autoridades estatales, del olvido en el que se mantienen los municipios. Todo eso pesa, por ello el repudio a Morena. Eso lo sabe Rocío Nahle, lo sabe Pepe Yunes, candidatos al gobierno de Veracruz; y cualquiera de los dos le va a pedir cuentas.
Dice Mario Maldonado, columnista de El Universal: «Del resultado de la elección dependerá el futuro de Cuitláhuac García, quien está en las mismas condiciones de riesgo judicial que Cuauhtémoc Blanco, los dos peores gobernantes que en nada hacen honor a los últimos dos tlatoanis mexicas que gobernaron Tenochtitlán».
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