Dice el dicho que «la desgracia del rico es el consuelo del pobre». Por ello, cuando los chairos se enteraron de que el gobierno de López Obrador le quitaba a Salinas Pliego su campo de golf en Huatulco, la clase chaira se llenó de contento y hasta celebró que el gobierno le quitara a los ricos sus terrenos para dárselos a los pobres. Aunque en realidad no se lo iban a dar a los pobres, porque la zona fue declarada como área natural protegida. Sin embargo, en el litigio que se lleva por esos terrenos, el Poder Judicial otorgó una suspensión definitiva en contra de la clausura del campo de golf de Bahía Tangolunda Huautulco, en el estado de Oaxaca.
Sobre esos terrenos explicó Salinas Pliego: «Respecto al campo de golf, hay contratos legalmente firmados y concesiones vigentes que por ley se tienen que respetar para favorecer al estado de derecho, si no, imagínense el ejemplo que se daría a nivel internacional para los inversionistas y empresarios».
Salinas Pliego celebró el fallo a su favor muy a su manera: «Señores pues resulta que los Gobiernicolas me la volvieron a pellizcar y que la ley si es la ley. Vamos a tener que meterle el doble de dinero para ver qué podemos rescatar del campo de golf… Luisa María Alcalde, mande a sus gatos rápido a quitar los sellos de clausura, tenemos que ver qué podemos rescatar del campo». Eso sí, en unos cuantos días que el gobierno tuvo el campo de golf, el césped se secó, las áreas se descuidaron, quedaron sin mantenimiento. Pero eso no importa a Salinas Pliego quien le ganó otra al gobierno de López Obrador.
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