Un día, un oriundo de Nopaltepec, Veracruz, dejó enmarcadas en letras de oro, para la posteridad, las siguientes palabras: «Estoy en la plenitud del piche poder». Desde luego, que este político tuvo que reconocer que el poder y sus mieles, son de paso. La edad y las penurias del tiempo le pasaron factura a este exgobernador. Hoy, a solo 6 meses de que concluya su mandato, el presidente, Andrés Manuel López Obrador comienza a sentir la fría soledad de palacio nacional, sobre todo, después de que polarizó al país y de que más de la mitad de su población, ya lo ven como NarcoPresidente.
Al oriundo de Macuspana, Tabasco, se le ve cada vez más solo, enojado e irritable, mientras su aspecto físico acusa inevitablemente, el desgaste del poder. Ya no es el mismo, sus mentiras lo han alcanzado, sobre todo en los terrenos de la salud y seguridad. Su promesa de llegar a ser como el país nórdico de Dinamarca, fue sustituido por la construcción, mejor dicho, adaptación de un mamotreto llamado “megafarmacia”.
En seguridad, literalmente el narco ha secuestrado estados completos, ni el ejército ni la dichosa guardia nacional han podido detener el secuestro de familias inocentes y ni han podido frenar el cobro de piso. Hoy, los mexicanos e encuentran entre el desencanto y la desilusión. Claro, aquellos que reciben las migajas mediante ayudas sociales, lo seguirán viendo como su gran salvador.
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