El gobierno de México nos cobra impuestos por los servicios que nos brinda, entre esos servicios está el derecho a la salud, a la educación, al bienestar y a la seguridad, entre otros. Si queremos poner un negocio para comerciar algo y de ahí tener un medio de vida, pagamos impuestos. Pero en México, además de pagar impuestos al gobierno, algunos comerciantes y empresas también deben pagar cuotas al crimen organizado que los extorsiona.
Reporta el periódico Reforma: «En los últimos cuatro años de la Administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, ese delito, asociado al cobro de piso y pago de cuotas al crimen organizado, alcanzó una tasa de víctimas de 7.67 por cada 100 mil habitantes a nivel nacional (…) La cifra representa un aumento del 50 por ciento, comparado con los últimos cuatro años de la gestión de Enrique Peña (2015-2018), que cerró con una tasa de 5.1, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública».
Este aumento descomunal ocurre porque todo indica que varios gobiernos municipales y estatales, cogobiernan con el crimen organizado. La lógica de los criminales es que, si ellos ayudaron a llegar a los alcaldes y gobernadores, pues tienen derecho a esa especie de impuesto que obtienen por medio de la extorsión. Lo grave es que el gobierno federal no hace nada por combatir la extorsión, lo que nos hace creer que a López Obrador el crimen organizado también lo ayudó a ganar la presidencia.
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