En redes sociales circulan fotos del portazo que presuntamente los padres de los 43 de Ayotzinapa dieron en el portón del Palacio Nacional. Vale mencionar que en fotos que circularon se ve a algunos de los agitadores uniformados, con los mismos tenis y la misma mochila. Algunos creen que el mismo gobierno mandó que se diera el portazo para restar legitimidad a las protestas de los padres de los 43 de Ayotzinapa. Sin embargo, el discurso del presidente es el mismo. En su mundo perfecto el presidente López Obrador no quedó mal con los padres de los normalistas, a los que les prometió que se sabría la verdad.
Les cumplió entregándoles un nueva “verdad histórica” de la que después se desdijo con tal de encubrir a los miembros del Ejército coludidos con el narco. Por ello, porque piensa que él sí ha cumplido, el presidente reparte culpas: «En estas acciones hay `mano negra´, que son actos de provocación que eso fue lo de ayer: un vulgar acto de provocación, pero nosotros no vamos a caer e ninguna provocación. Están nuestros adversarios desesperados, y están recurriendo a la guerra sucia y a actos como el de ayer».
La verdad es que al presidente su Cuarta Transformación se le está cayendo en pedazos, el país entero se le está cayendo en pedazos y su sueño de poner su nombre junto al de Juárez, Madero, Zapata y Cárdenas, se lo llevó el carajo.
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